Chapter 34
Capítulo 34
Después de darse un baño, Rafael se dirigió directamente al estudio, sin ganas de seguir en su habitación. Al entrar, vio la
tarjeta que habla dado a Sofia, colocada tranquilamente sobre el escritorio junto a su reloj que habla perdido hace tiempo. Se
preguntaba cómo su reloj había acabado en manos de Sofía. El cogió el teléfono, decidido a preguntarle por qué no se había
llevado la tarjeta bancaria, sin importarle que ya fuera muy tarde, marcó el número de Sofia. Parecla haber encontrado por fin
una excusa para contactarla. Justo cuando se dio cuenta de la hora y estaba a punto de colgar, del otro lado contestaron.
“Hola, Rafa”
Ella, después de bajar del avión, habia encontrado un hostal para pasar la noche, con planes de buscar una casa para alquilar a
largo plazo al día siguiente.
“Soy yo. ¿Por qué no te llevaste la tarjeta bancaria?”
Cuando tenga suficiente, te lo devolveré.”
“No tienes que devolverlo, dame tu número de cuenta y te transferiré el dinero.” Rafael insistia, creyendo que solo si Sofia
aceptaba el dinero, su sentimiento de culpa disminuiria un poco.
“En realidad, no hace falta, Rafa. Gracias por estos tres años, gracias por el cuidado que tú y el abuelo me dieron. No pude
despedirme en persona del abuelo, cuando tengas la oportunidad, dile adiós de mi parte, por favor.”
“No estamos tan lejos de San Bernat, incluso después del divorcio, podrías venir a visitar al abuelo.”
“Me temo que cuando esté ocupada, no tendré tiempo suficiente. Por favor, dile al abuelo por mi. Sofia intentó sonar
despreocupada para que él no notara nada extraño.
“¿Ya llegaste a tu pueblo?”
“Hum, ya me encuentro aquí, todo está... bien.” Fue la primera vez que Sofia le mintió a Rafael, estaba nerviosa pero,
afortunadamente, él no pareció darse cuenta.
“¿Por qué tienes mi reloj?”
“Rafa, no vuelvas a llamarme, ambos debemos empezar de nuevo. Evitó su pregunta y en cambio pidió que no la volviera a
llamar.
¿Por qué?” Rafael estaba confundido, ¿realmente se convertirían en extraños después del divorcio?
‘Cuando estés con la Srta. Oliveras, ella se molestará. Las chicas suelen comportarse de esta manera, el reloj lo trajo la Sita
Oliveras, se me habia olvidado entregártelo.”
Tras un largo silencio, Rafael no dijo nada, dándose cuenta de que ella ya lo sabia todo.
“Gracias, Rafa.” Gracias por darme lo más importante de mi vida.
¿Tú también te molestarias?” Rafael rompió el silencio.
“¿Qué?” Preguntó Sofia, confundida.
“Nada, descansa temprano. Rafael se sintió nervioso y terminó rápidamente la conversación. Si hubiera sabido que en los
próximos cinco años no podría volver a contactarla, nunca habria permitido que esa llamada terminara.
“Mm, Rafa, adiós.” Se estaba despidiendo para siempre, pensó Sofia para sí misma.
‘Adiós.”
Después de hablar con Sofia, Rafael se quedó mirando el reloj por un momento, luego, en silencio, se dio la vuelta y regresó a
su
habitación.