Chapter Capítulo 37
Capítulo 0037
– Eso no es verdad, yo necesito a Devora a mi lado declaró Roger colocándose de pie.
– ¿Para que tengas a tu criada que te lave y cocine gratis? – preguntó Cristian empleando un tono sarcástico en su voz – las
pruebas de tu infidelidad son demasiado claras y sé que esto inicio al mismo tiempo que en tu matrimonio, jamás has respetado
a Devora, así que ¿por qué no separarse? si se ve que claramente ni la amas ni respetas como persona – dijo acercándose al
juez para darle una carpeta donde estaban más evidencias de cómo era tratada la castaña en el hogar y otros papeles
interesantes.
– Roger frunció el ceño y apretó los puños, tenía ganas de meterle un puñetazo a ese idiota por entrometido, pero debía
controlarse.
– ... – Juan también estaba algo preocupado por la situación, el video en si ya era una bomba contra ellos y podía notar que
todos los argumentos y pruebas que preparo no servirían ahora, porque Roger siempre hizo público su amorío... fue tan
descarado que hasta en la empresa TODOS los empleados sabian que la amante era la consentida porque siempre estaba en
la empresa, la sacaba de compras y le daba todas las joyas nuevas que sacaban a la venta.
– Parece que se ha quedado sin argumentos señor Roger – opinó el juez mientras leía los documentos y estas pruebas
generoso de dinero al mes, a diferencia de la ridícula cantidad que le dabas a Debora – leyó alzando la vista – ¿en serio
obligaste a ser que Débora fuera una ama de casa y que se las arreglará solo con mil al mes como gasto o para mantener la
casa?
Que... Roger se asustó y miró con odio a Débora porque no
considero que ella usara esos estados de cuenta como prueba.
¿Mil al mes? – era la pregunta que repetían varias personas del público.
– Señora Débora dígame ¿cómo le hacía para sobrevivir al mes con esa ridícula cantidad? Porque entiendo que no sea mucha
porque no hay hijos de por medio, pero aquí están las facturas de que usted cubría los servicios básicos del departamento.
“Pues me las arreglaba buscando ofertas y algunos cupones para tener comida y todas cosas básicas que se necesitaban en la
casa” – le contestó e igual Carolina interpretaba sus palabras hablando en voz alta para que todos la escucharan.
– Y creo que entre el público habrá amas de casa que me dirán lo absurdo que es sobrevivir con mil al mes, por lo cual llega la
afirmación de que: Débora no tiene dinero para nada, porque así se aseguró su marido que fuera, ya que le impidió conseguir
trabajo.
Ante esa información todos miraban a ver a la familia Petrovic, notando diferentes expresiones en su rostro: Isabela estaba
horrorizada porque escuchaba como todo el mundo la estaba criticando y no quería pensar en lo que le dirían sus amigas... el
porque ella cuando salía a visitarlo no compraba nada en esas cafeterías y solo pedía un vaso con agua o solo se limitaba a ver
los escaparates.
Yo nunca le prohibí nada a Débora reclamó Roger.
“Siempre te negaste a que buscara un trabajo, pese a que tengo un título de contadora, según porque no debía desatender la
casa”
– Eso es lo que una buena esposa hace.
– Y un buen marido debe proveer y ser agradecido con el sacrificio que hace su esposa para cuidarlo, pero en tu caso esa
gratitud se la
dabas a la señora Sophia Hughes – mencionó Cristian mostrando las fotografías donde se veían a ambos entrar a tiendas de
lujo y salir con muchas bolsas de compras, mientras ambos se miraban muy felices y enamorados.
Roger se asustó y al mirar hacia atrás noto la mirada de odio que le estaba dedicando su padre en esos momentos.
– Veo que solo el abogado de la señora está hablando, señor Roger ¿ su abogado no va a objetar o rebatir estos argumentos?
– Am... yo... – Juan estaba tratando de encontrar las palabras adecuadas para objetar, pero la información presentada por
Cristian era tan contundente que sentía que las mentiras que preparó no servirian ahora mismo.
– Idiota, has algo le susurró molesto Roger, porque estaba perdiendo y eso era algo que no toleraría porque significaba decirle
adiós de forma definitiva a su puesto como CEO.
– Entonces ¿algo que objetar o ya le doy fin a este juicio absurdo?
-¿Absurdo? – repitió Roger.
– Así es, porque está claro que ustedes se deben divorciar.
29 BONUS