La Venganza de la Esposa Muda

Capítulo 0330
Extra 25: Una Broma No Tan Inocente Parte 2
Por su lado la pelinegra se sentía triunfadora porque le estaba demostrando a su padre que ella podia conseguir todo lo que
queria sin importar el obstáculo que se le apareciera.
Lamentablemente su suerte se acabó cuando vio que en esa
empresa habían dos elevadores: uno la guiaba a todos los pisos, el cual era para uso de todos los empleados y el otro era
exclusivo para ir a la oficina del CEO de la compañía... es decir, no lograría llegar a donde estaba “su abuelo” porque para
acceder a ese ascensor especial se debía usar una tarjeta de acceso.
–
Maldición... – se quejó ella.
– Señora ¿está bien? – escucho la voz de un niño detrás de ella.
¿Tiene problemas señora? – seguida de la voz de una niña.
–
¿A quién le dicen señora? que ella apenas tenía 20 años, así que busco girarse rápidamente para encararlos, aunque se
sorprendió al encontrar a dos enanos mirándola de forma atenta.
esa palabra le hizo fruncir el ceño, ya
–
–
– A usted le dijimos señora – comentó Michael.
—
Porque lo es, se ve vieja – indicó de manera burlona Nicole.

la pelinegra estaba furiosa, pero busco controlarse y no atacarlos por esos comentarios – y me pueden decir ¿qué hacen
ustedes en mi empresa?
–
-¿Su empresa? – preguntó Michael.
Que curioso, toda nuestra vida i
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habíamos visto – habló Nicole.

Eso es porque yo soy alguien súper importante que no puede ser vista por cualquiera.
-¿Segura? – habló Nicole mirando de reojo a su amigo.
O de seguro usted es una súper mentirosa comentó Michael.
– Que – dijo furiosa.
Mentirosa dijeron ambos a coro corriendo al elevador especial y sacaron una tarjeta de entre sus ropas.
– la pelinegra se asombró al ver eso, porque ese par de mocosos tenían la tarjeta especial, así que buscó acercarse a ellos
para robarles ese objeto – esperen un momento.
–
– ¿Qué quiere? – preguntó Nicole.
– Ustedes me robaron mi tarjeta.
– ¿Ah? – los niños se miraron entre ellos – eso es mentira, esta es nuestra tarjeta – hablaron al unísono.
– No lo es... así que entréguenmela declaró dando un paso al frente para quitarles ese plástico, pero al tocarlo ella recibió una
descarga eléctrica muy fuerte – ¡AH!
– JAJAJAJAJA – los gemelos se echaron a reír, ya que esa descarga hizo que cayera al suelo.

–
–
– ¡Ustedes...! gritó molesta y en eso alzo su mano para pegarles y darles una lección, pero enseguida fue detenida porque
alguien le sujetó la mano.
– ¿Qué crees que haces? – se escuchó la voz de un hombre la cual sonaba enojada.
...
– ella hizo una mueca al sentir como sujetaban con fuerza su
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muñeca, por lo que busco forcejear para liberarse de ese agarre y al girarse se asustó al ver a su padre, pero eso no era posible
ya que la persona que estaba frente a ella parecía ser un hombre joven y de cabello de color castaño.
– ¡Hermano! – exclamaron los gemelos con lágrimas en los ojos mientras corrían a abrazarlo.
– Te vuelvo a preguntar ¿qué intentaste hacerle a mis hermanitos?
-¿Tus hermanitos? – repitió preocupada.
James, no le grites a tu hermana en eso Roger apareció junto a ellos, ya que él fue un momento al baño y al regresar vio que
ella no estaba por lo que se preocupó, pero por suerte solo tuvo que seguir
su voz.

– Perdone señor, pero ni usted ni esta señora son algo míos – empezó a decir James – así que les pediré que se larguen antes
de que yo los saque – declaró mostrando sus puños de forma
–
amenazante.
– Que dijiste...

Vamos atrévete niño – indicó Roger gruñendo furioso.
– Basta
—
–
en eso llegó una mujer rubia – ¿qué está ocurriendo aquí?
Erika estaba molesta, porque tuvo que atender un pendiente y James se adelantó en vez de esperarla.
– ¿Y tú quién eres? – preguntó la pelinegra molesta buscando abrazarse a su padre, pero sin dejar de mirar con odio al
castaño... porque ahora sí lo reconocía: era el hijo de su padre... su hermanastro ... alguien a quien obviamente odiaba porque
se miraba que vivía entre lujos a diferencia de ella.
–
Cuñado habló Erika ignorando a la pelinegra – creo que debo recordarte que perdiste el derecho de ingresar a esta empresa, tú
no
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eres bienvenido aquí – habló mirándolo a los ojos – ní tu ni esta niña, así que te pediré por favor que no vengas aquí a armar
escándalo o esta vez sí llamaré a la policía porque tu hija lastimo a mi
recepcionista.
– Que... – Roger miró preocupado a su hija,
– No fue mi culpa papá, él me empujó y luego esos monstruos me electrocutaron – habló señalando a los niños.
– No ofendas a mis hermanitos.
– Parece que su padre no sabe educarlos – declaró con burla mirando a los niños, quienes se refugiaron detrás de su hermano
– así que ahora, disculpense con mi princesa ordenó frunciendo el ceño.

No te mordiste la lengua – declaró James protegiendo a sus gemelos.
– Tú... – Roger apretó con fuerza sus puños.
– Ya basta – ordenó Erika – esto se acaba aquí y así que dime ¿a qué has venido antes de que los mande a echar?
– Este asunto no te corresponde Erika, solo quiero entrar para ver a mi padre.
– Mi suegro ya es mayor y no está para que tú le sigas dando disgustos.
– Hey señora ¿quién se cree que es para hablarle así a mi padre?
-Lo mismo te pregunto a ti señora ¿no ya estás grandecita para hacer que tu papá te haga favores? – preguntó James cargando
a sus hermanitos.